El 95% de la matriz energética cubana se basa en combustibles fósiles. El programa nacional de proyectos e inversiones prevé que hacia 2030 las fuentes de energía renovable tengan una participación de 37%, desde el 5% actual. En ese plan están presentes las bioeléctricas asociadas a centrales azucareros, y también la instalación de biodigestores vinculados a la producción de energía y el desarrollo local.