El tráfico en la zona tardará unos cuatro o cinco días en regresar a la normalidad, aunque los retrasos comerciales se acumularán durante semanas y el impacto en los costes del transporte marítimo podrían ser permanentes. Un impacto del incidente a nivel global podría ser el aumento de emisiones de dióxido de carbono pues muchos buques alargaron sus rutas.