“Llevo más de 25 años en la finca con el ganado y criando puercos y primera vez que ocurre esto. Había oído hablar de eso, pero no lo había visto; incluso, se lo comenté a los vecinos de por aquí y no lo creían. Se lo dije a otros campesinos de la cooperativa y me decían: ‘Estás buscando justificación para entregar menos leche’”, cuenta el campesino espirituano.