El tiempo puede medirse de formas diversas: por el paso de los segundos, las horas o los días, o por el alcance de los acontecimientos. Cuántos no sentimos, a veces, la sensación de que a nuestro alrededor todo parece detenido, estático, anclado en una pesada eternidad. Otras veces la sensación es contraria, en lapsos pequeños suceden impulsos dramáticos.