La meseta de San Felipe, enclavada a 27 kilómetros al noroeste de la ciudad de Camagüey, marca un momento especial en la vida de Alfonso Chang Rodríguez, no solo por los 15 años asentado en ese inhóspito paraje, sino por lo que llegó a descubrir en la insaciable sed de investigar sobre los secretos del mineral niquelífero en esa porción de la geografía cubana.