Las tarifas eléctricas aprobadas para el regadío y otras actividades del sector agropecuario como parte de la Tarea Ordenamiento han provocado en Sancti Spíritus una preocupación generalizada en las bases productivas y, aun con la rebaja aplicada en febrero, se convierten, más que en una amenaza para la continuidad productiva, en verdadero parteaguas para uno de los grandes progresos de la agricultura cubana: el riego electrificado.