Zenaida lleva más de dos horas en la cola del pan. A sus 84 años sabe los riesgos de estar en la calle, debido a la compleja situación epidemiológica que vive la capital. Un poco más rezagada en la larga cola que se congrega fuera de la panadería Pinos Pan se encuentra María Eugenia Rodríguez. Para ella el pan de la libreta y el liberado no tienen diferencia “los dos son ácidos, no tienen grasa, están mal cocinados”. Hasta allí llegó un grupo de inspección del Gobierno y Cubadebate te cuenta lo que encontró