El billete de los creyentes. De los luchadores. De los trabajadores. El billete de los que sudan, de los que corren, de los que ponen el corazón, el alma y la vida. El billete de la emoción, de la taquicardia, del límite. El billete del Barça, que disputó su quinta prórroga de la temporada y que culminó una remontada inolvidable tras levantar el 2-0 de la ida.