Primero las tecnologías coquetearon. Luego nos encandilaron. Ahora seducen y engatusan para abrir el camino a una dependencia quizás tan dañina como la del alcohol y el cigarro. El neurocientífico Michel Desmurget ofrece amplia evidencia de cómo el actual uso excesivo de pantallas y dispositivos de esta naturaleza afectan gravemente, y para mal, el desarrollo neuronal de los más nuevos.