“Un hombre cuya vida tenía rasgos novelescos: prematuras audacias intelectuales (una traducción de la ‘Eneida’ a los 12 años), aprendizajes cosmopolitas en viajes, aventuras amorosas y vocación por el ejercicio profesional de las armas (…) Muy joven, con una actitud irreverente hacia el poder imperante, estaba convencido de que el progreso material poco significa sin dignidad, sin patria”.