Tras el derrocamiento de la tiranía de Batista, la Revolución iniciaba la construcción de un proyecto de justicia social y de rescate de la siempre postergada emancipación nacional. La reciente victoria de Playa Girón ratificaba ese propósito liberador. De esa manera se definía una plataforma programática que se convertiría en punto de convergencia para amplios sectores de la sociedad, así como para escritores y artistas adscritos a una pluralidad de tendencias estéticas e ideológicas.