Hacía frío en Nueva York aquel 11 de febrero de 1923 en que vio la luz en la ciudad de los rascacielos Rosalía Lourdes Elisa Palet Bonavia, quien más tarde llegaría a ser la vedette cubana más reconocida en la Isla y el mundo con el nombre de Rosa Fornés, por el apellido del segundo esposo de su madre, aunque para todos los cubanos sería para siempre Rosita, nuestra Rosita.