Bienvenido el happy ending, pero la pregunta que sigue es ¿qué ocurriría si el periodista no se entera de la historia, si hubiese decidido no mencionarla en un diario nacional, o si ningún dirigente a esa u otra escala se conmueve con la referencia? ¿Cuál sería ahora mismo la situación económica de esos ancianos en medio del cachumbambé de precios que enfrentamos? El anterior es otro clásico de la distancia que se interpone —y no es una referencia a la vieja canción— entre el diseño planteado y la práctica política y económica.