Dos lenguajes. El suyo y el del amigo que invita a “conversar”. Uno que él “habla” desde el piano y el otro, que le brota en la batería. Aquel heredado de la abuela francesa y el que se le mezcló desde Pinar del Río… Dos, pero a fin de cuentas, un solo camino: la música. Ruy Adrián López-Nussa decidió mostrar su proyecto.