El segundo intento de lanzamiento del vehículo Starship, de la firma SpaceX, volvió a fracasar, porque algo falló en la nave no tripulada y explotó. La nave, llamada SN9, alcanzó una altitud de 10 km y luego inició una maniobra programada de descenso controlado a poca distancia de donde había despegado; sin embargo, en el aterrizaje quedó destruida.