Como se sabe, las relaciones entre dos países fronterizos como los nuestros no transcurren solo entre los órganos de política exterior, sino en una red de canales paralelos, entre los cuales, los de la educación y la cultura resultan clave. Como con cualquier otra dimensión de las relaciones, para entenderlas hay que conocer su historia y antecedentes; apreciar su crecimiento y desarrollo en las más adversas circunstancias; tener claro el balance de sus resultados; identificar a sus principales actores de ambos lados; y muy especialmente, comprender la lógica que ha inspirado a la política cubana hacia los intercambios y la cooperación desde fines de los 70 hasta hoy.