Los clubes grandes tienen la dichosa manía de incrustar la brújula de sus fracasos hacia personas y no en los designios de sus propios proyectos. El Real Madrid, por ejemplo, que centra su día a día ahora en la remodelación del Bernabéu más que en la realidad de un equipo maltrecho que deambula por cuanto torneo disputa.
Los hombres no dejan de llorar
El que dijo eso de que los hombres no lloran no ha visto en su vida la escena de la muerte de la mamá de