En la antesala de un día patrióticamente iluminador, algunos apuestan a la confusión, el desconcierto y el desánimo. Mientras la inmensa mayoría de los jóvenes se aprestan a dar amoroso ardor virtual a la llama martiana que los patriotas honrados llevamos dentro, otros pretenden apagarla tras el escándalo mediático de un viejo cerco manipulador, que no sirve sino a los intereses de quienes buscan ver a Cuba sometida y humillada.