En la secundaria, allá por los 90, fuimos a nuestra primera marcha de las antorchas. Cada año, el 27 de enero lo esperábamos como cosa buena: íbamos sólo con 2 o 3 profes – por lo cual teníamos algún nivel de independencia- y veíamos a muchachos de la Lenin, los Camilitos, ITM, deportistas…