El 20 de enero de 1961 fueron celebrados actos de fervor revolucionario para la desmovilización de los milicianos que regresaban a sus hogares tras persuadir a los imperialistas de que una agresión a Cuba no sería un paseo militar. Ese día, desde la terraza norte del Palacio Presidencial, Fidel habló sobre la situación de peligro que aconsejó la movilización militar y, especialmente, a los cambios que se habían producido en los últimos días.