En 1959, Carpentier llevaba 14 años instalado en Caracas, donde sus conocimientos en los campos de la publicidad y la radiodifusión le proporcionaron bienestar material y, por primera vez, la disponibilidad de tiempo para desarrollar su obra literaria. Con El reino de este mundo alcanzó renombre internacional, reafirmado luego a partir de la difusión de Los pasos perdidos.