El Vaticano ha reaccionado a los sucesos ocurridos el pasado domingo 24 de octubre en la Plaza San Pedro, antesala del Estado Vaticano, cuando a cientos de cubanos se les impidió asistir a la misa del Ángelus que oficia el Santo Padre.
“El domingo pasado algunas personas quisieron entrar a la Plaza de San Pedro para una manifestación política durante un evento espiritual y religioso, el Ángelus dominical que oficia el Santo Padre. Por lo que sabemos, se les ofreció entrar a la plaza como individuos, no como manifestantes, pero se negaron y continuaron su manifestación en Via della Conciliazione, a poca distancia de la plaza, sin que, según nos parece, ocurriera ningún incidente particular”, indicó la Oficina de Prensa del Vaticano en respuesta a un correo electrónico enviado por Radio Televisión Martí.
Pero la versión de la Santa Sede difiere de lo denunciado por el influencer cubano Alexander Otaola, convocante de la manifestación de exiliados en su mayoría afincados en Europa, que pretendían rezar por la libertad y llamar la atención del Papa Francisco sobre la represión en Cuba.
“Es imposible que justamente el día que se habla de Bartimeo, el ciego que gritaba para que Jesús lo escuchara, el Papa no sepa que habían 2,000 personas ahí para ser escuchados. Esto es imposible”, dijo Otaola en entrevista con este reportero.
La policía italiana no permitió el ingreso de los cubanos que vestían de blanco y portaban banderas cubanas.
“Nos arrodillamos frente al Vaticano porque no nos dejan pasar, nuestra fe no merece ser escuchada según la iglesia católica, así nos segregan y dividen a quiénes pacíficamente queremos libertad y derechos humanos para nuestro pueblo”, escribió en su cuenta de Twitter el activista radicado en Madrid, España, Lázaro Mireles.
“La policía italiana no tiene autoridad para actuar dentro del Vaticano, para impedir la entrada al Vaticano. La policía entraba a la Plaza de San Pedro, incluso con armas, a quitar banderas y quien único puede autorizar esto es el Papa o su grupo”, relató Otaola.
Según muestran videos, a por lo menos dos cubanos, los guardias de seguridad le retiraron las banderas que mostraban.
“Un acto discriminatorio, porque habían banderas españolas, peruanas y de muchos otros países, pero las cubanas no fueron permitidas”, manifestó el activista, quien apuntó que sólo siete cubanos pudieron entrar a la Plaza San Pedro.
Para reforzar su postura, recalcó que habían peregrinos de todas partes del mundo y los peregrinos cubanos fueron expulsados de la Plaza de San Pedro, a pesar de que durante dos meses se coordinó y se hicieron gestiones ante el Vaticano.
“El Vaticano nunca contestó y, cinco días antes del acto, comunicó que no se permitían manifestaciones dentro de la Plaza de San Pedro sin ofrecer otras opciones”, dijo Otaola, que no dejó de señalar al régimen cubano como actor manipulador de lo ocurrido.
Antecedente de manifestaciones en la Plaza de San Pedro
El domingo, 2 de noviembre de 2008, militantes del Círculo de Roma de la Asociación de Amistad Italia-Cuba demandaron en el centro de la Plaza San Pedro la libertad de cinco ciudadanos capturados y condenados en EEUU por espiar a favor de los servicios de inteligencia de Cuba.
Entre la multitud de fieles que habían acudido a la homilía del entonces Papa Benedicto XIV, los manifestantes desplegaron una pancarta pidiendo la libertad de los cinco espías.
El propio grupo divulgó el video que recoge lo antes mencionado. El hecho fue reportado también por medios estatales en la isla.
El pasado 18 de julio, una semana después del inicio de las protestas del 11 de julio en varias ciudades cubanas, el Papa Francisco dijo estar “cerca del querido pueblo cubano en estos momentos difíciles, especialmente de las familias que más sufren. Rezo al Señor para que lo ayude a construir en paz, diálogo y solidaridad una sociedad cada vez más justa y fraterna”.
“Exhorto a todos los cubanos a encomendarse a la protección materna de la Virgen María de la Caridad del Cobre. Ella los acompañará en este camino”, dijo entonces el Santo Padre.
“Mensajes como estos son fríos e insuficientes”, opinó el presentador que, a su vez, sugirió que la Iglesia en Cuba debe ponerse del lado de la gente.
Entretanto, la prensa oficial en la isla calificó de “diabólicos” a los manifestantes en la Santa Sede.
Radio Reloj describe la movilización de exiliados cubanos en Europa como un “show ridículo que trató de imponer en la Santa Sede el Payaso de Otaola y un grupito de también terroristas que perseguían que el Papa se pronunciará por la violación de derechos humanos en Cuba”.
“Los diabólicos manifestantes que llegaron con gastos pagados desde Estados Unidos pretendían interrumpir la oración dominical del Sumo Pontífice para, de forma descarada, vociferar el fin de la llamada por ellos “dictadura””, afirma la emisora radial nacional.
También la iniciativa fue criticada desde el programa de televisión Con Filo, conducido por Michel Torres Corona.
Para Otaola lo sucedido no es más que “una manipulación de la embajada cubana con su poder satánico dentro del Vaticano”.
