Graziella se “aplatanó” inmediatamente después de su llegada de Europa. Sintiendo por Cuba ardientes pasiones, pasó seis meses sin pronunciar una sola palabra en español, hasta que, de súbito, amaneció hablando corrientemente. Era a causa de su aversión contra los improvisados, por lo que no quería hacer uso de un idioma antes de estimar que lo dominaba correctamente.
Familia en Cuba saca partido al biogás y promueve sus ventajas
Los educadores Iris Mejías y su esposo Alexis García, ya jubilado, junto al biodigestor de geomembrana que desde diciembre de 2023 aporta unos cuatro metros