«A los egresados de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) no nos quedará vida para agradecerle a Cuba la oportunidad que nos ha dado a nosotros y al mundo, al demostrar que hay esperanzas y al ser ejemplos de la solidaridad». Así lo expresó Andrea Polanco, doctora chilena, especialista en Siquiatría Infanto-Juvenil, graduada de la primera generación de estudiantes de esa universidad médica.
«Hoy más que nunca, en este aniversario 22 de nuestra escuela, el pueblo de Cuba tiene que sentir que los egresados de la ELAM estaremos con ellos. Somos, también, su ejército de batas blancas», significó Polanco.
Fue el 21 de noviembre de 1998 cuando se mencionó, por primera vez, la intención de crear una institución como la ELAM. Fue idea de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, cuando intervino públicamente tras el azote del huracán Mitch en tierras centroamericanas, luego de conceptualizar el Programa Integral de Salud, que se comenzaría a aplicar en los países afectados por este devastador meteoro.
Este centro estaría consagrado al más noble y humano de los oficios: salvar vidas y preservar la salud, afirmó Fidel en su inauguración el 15 de noviembre de 1999, en el contexto de la IX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, celebrada por esas fechas en La Habana.
El líder de la Revolución Cubana expresó en aquella ocasión: «Más que médicos serán celosos guardianes de lo más preciado del ser humano, apóstoles y creadores de un mundo más humano».
Y esa premisa es la que actualmente defienden profesores, estudiantes y egresados del centro.
Respecto a la escuela y sus estudiantes, la doctora Yoandra Muro Valle, rectora de la ELAM, explicó que actualmente suman más de 30 360 egresados de alrededor de 118 países, y han sido muchos de ellos los que han apoyado a Cuba en su enfrentamiento.
Es que son 22 años de historia, manteniendo la idea de Fidel, continuó. Los egresados de esta universidad se sienten identificados con la escuela, con Cuba, con Fidel, y sienten ese orgullo. «Son más de 30 000 haciendo cosas grandes y salvando vidas, arriesgando las suyas en el proceso», afirmó.
Aun durante los peores periodos de la pandemia en la Isla, la ELAM fue la única universidad que se mantuvo trabajando durante el curso habitual. La doctora Muro Valle aclaró que tuvieron que potenciar mucho la universidad virtual sin renunciar a lo presencial, lo que permitió que muchos estudiantes que no pudieron llegar al inicio del curso estuvieran recibiendo las clases de las asignaturas básicas a distancia.
Desde su creación hasta la actualidad, la ELAM ha crecido mucho. En aquel momento inicial se contabilizaban escolares de 18 países y actualmente tenemos de 74 naciones que viven en las instalaciones, porque para ellos esta es su escuela, su casa, su hospital y su familia, dijo la rectora del centro.
Finalmente, la doctora Muro Valle expresó que los egresados de la ELAM ya no son los estudiantes que llegaron a Cuba para formarse como profesionales de la Salud, sino que hoy son doctores que salvan vidas en sus respectivos países, gracias a su propia dedicación y a Fidel.
Así lo reafirma Wilmer Iglesias, doctor venezolano graduado de la ELAM, quien expresó: «Estamos cumpliendo el sueño de Fidel, estamos cumpliendo con el pueblo de Cuba y seguiremos trabajando por nuestros pueblos, por Cuba, un país que nos dio tantas oportunidades».