Casi dos años después de que el presidente cubano Miguel Díaz-Canel apareciera en televisión nacional para explicar las causas —y soluciones a implementar— de los apagones, la situación no se ha resuelto. Al contrario, la crisis empeora y no se avizoran alternativas duraderas.
«Se ha estado conversando sobre las soluciones a corto, mediano y largo plazo del tema energético en el país. El compromiso es trabajar y entregar resultados, sobre todo buscar que la situación sea más estable durante la etapa del verano», dijo Díaz-Canel en junio de 2022.
Los apagones fueron uno de los detonantes de las protestas del 11 y 12 de julio de 2021 y de otras manifestaciones durante 2022 y 2023. En marzo de 2024, volvieron a ser el elemento de quiebre dentro de la crisis multidimensional que se vive en Cuba.
Desde el 25 de enero de 2024, el déficit diario de generación eléctrica ha sobrepasado los 500 megavolttios (MW). En marzo, el déficit sobrepasó los 950 MW. La cifra significa que un tercio del país estuvo apagado porque no se podía generar suficiente electricidad —la demanda de la isla se acerca a los 3 000 MW—. El déficit se traduce en apagones programados que en algunas zonas del país han llegado a alcanzar las 20 horas de manera continua o intermitente.