Todo el que ha visto la teleserie Calendario recordará a Beyonce, una muchacha que destaca por su carácter altanero, orgulloso, ostentoso, un personaje polémico, con marcada superficialidad, imponente.
Nos ponemos incómodos con la actitud de Beyonce. Su presencia en la serie revela el modo de pensar de muchos como ella, en los que hay que pensar e incluir para aprender de estos y llegar a comprender por qué se proyectan de tal modo. El egocentrismo de Beyonce la nubla y no puede encontrarse, lo cual no la excluye de tener una gran sensibilidad, solapada quizá por miedos e inseguridades propios de la adolescencia.
«En mi etapa de secundaria y preuniversitario conocí a varias Beyonces. En cada aula cubana hay una. Cuando comenzaba a estudiar el personaje me quedaba mirando desde mi balcón de Centro Habana y era fácil reconocerlas. Creo que ella y sus amigas eran necesarias dentro del 9no. 3, como cada uno de esos personajes tan involucrados en el contexto social actual», explicó a Granma la actriz Darianis Palenzuela Pérez, o, mejor dicho, Poca, que así se apoda.
De todos los personajes que encuentran un lugar en la serie, cada uno es un espejo de la sociedad, de incomprensiones, polos opuestos, desentendimientos, desavenencias, efectos de crianza, problemas sociales que se reciclan en los adolescentes.
La teleserie Calendario es la primera que dirige Magda González Grau, una ficción que busca la reflexión sobre conflictos contemporáneos. Darianis recibió la noticia de que formaría parte del elenco de Calendario en su fecha de cumpleaños. En ese momento pensó: «Es el mejor regalo que me podían hacer, iba a estar en un proyecto de larga duración, finalmente me daría a conocer. Pero la experiencia de rodar y hacer de 9no. 3 un grupo de amigos superó todas las expectativas», comenta.
Desde entonces, ya en pantalla, el revuelo que ha causado en el público y las ansias por la espera del domingo, emocionan a Darianis. Ella siente orgullo de formar parte de un proyecto realizado con mucho amor y en tiempos bien difíciles.
El gusto por el teatro en Poca ha sido desde siempre. Actualmente trabaja como profesora de la Escuela Nacional de Teatro, lo que para ella es un «constante proceso de aprendizaje».
–¿Qué significó encarnar este personaje?
–Como casi todas las actrices del elenco yo también me probé en otros personajes y pensé en cualquiera de los otros menos en Beyonce. Me parecía un personaje muy difícil, y me lo sigue pareciendo. Su superficialidad vive rozando el cliché. Los actores nunca queremos caer en él, pero Beyonce en sí misma es un cliché. Desdoblarme a maneras gestuales tan marcadas y evitar a toda costa emocionarme al oír los poemas de la profe Amalia fueron las mayores batallas individuales con el personaje.
«Beyonce me ha enseñado lo que no se debe hacer, pero también a perdonar. Creo que cuando fui estudiante juzgué mucho a este tipo de personas y mirar las cosas desde su óptica me ha hecho cambiar y ser más comprensiva, sentirme mejor ser humano. Bueno, no puedo negar que también me enseñó que “el glamour no se puede perder”».
«Lo más difícil de Beyonce fue su liderazgo. Como persona carezco de él. Creo que no lo hubiese conseguido de no ser por mis dos compañeras, las actrices Anabel Arencibia (Inés), quien es una de mis mejores amigas en la vida, y Daniela Leyva
(Anabel). Ellas confiaron mucho en mí y me dieron la libertad para crear esa relación que hoy ven en pantalla».
–¿Qué les dirías a las Beyonces de Cuba y del mundo?
–Los amigos son una fuente de riqueza espiritual que debemos conservar. Los valores que como personas adquirimos nos acompañan a lo largo de la vida, no dejen que una tendencia o un outfit ocupe un lugar privilegiado en su lista. Esas cosas caducan, se esfuman. No lo dije yo, lo dijo Antoine de Saint-Exúpery: «lo esencial es invisible a los ojos».