
Lo que revela la vida del autor principal del primer registro de fósiles en Cuba
Merecedor recientemente de la Orden Carlos J. Finlay, el doctor en Ciencias Geológicas Reinaldo Rojas Consuegra ha dedicado particular atención al estudio de los fósiles. Foto: Cortesía del entrevistado
Nacido en Caguazal, un cacerío de la actual provincia de Ciego de Ávila, el hoy doctor en Ciencias Reinaldo Rojas Consuegra cree que haber pasado su infancia en pleno campo influyó mucho en su temprana curiosidad hacia la naturaleza.
«Estudié la primaria en una escuelita rural a la cual se llegaba por un camino de tierra incómodo, pero a través de un paisaje de mariposas multicolores, atractivas aves y una vegetación intensamente verde, que lamentablemente ya casi no existe».
Para aquel guajirito cuya familia vivía en un bohío con piso de tierra, paredes de tabla, techo de guano y sin electricidad, becarse en una secundaria básica en el campo, recién inaugurada, resultó deslumbrante. Fue allí donde empezaron a llamarle la atención los tipos de rocas en las áreas de cultivos varios donde laboraban, y surgió su interés por los suelos, los minerales, los fósiles.
Tal inclinación se acentuó al ingresar en el Instituto Preuniversitario en el Campo (Ipuec), en Ceballos, cuando encontró, en la biblioteca escolar, un voluminoso libro de Geología, de los autores Bermudo Meléndez y José María Fuster.
«Lo leí completo, aun sin entender muchísimas cosas, pero me atrapó. Entonces decidí que sería geólogo.
Matriculado en la universidad de Moa, en Holguín, recibió la notificación de que había sido aceptado en la Universidad Estatal de Bakú, en la República de Azerbaiyán, donde culminó los estudios en mayo de 1986, cuando se tituló como Ingeniero Geólogo.
Su tesis trató sobre exploración de oro y cálculo de reserva en el yacimiento Florencia-Guáimaro-Camagüey.
AFERRADO A LA INVESTIGACIÓN
Con 35 años dedicados a los estudios geológicos, el doctor Rojas Consuegra ha tomado parte como investigador o líder de unos 40 proyectos investigativos nacionales o internacionales.
«Inicié mi vida laboral vinculado al levantamiento geológico detallado y búsqueda de minerales en la zona de Ciego-Camagüey, pero con el periodo especial el proyecto se detuvo, y tuve que venir para La Habana, donde trabajé en el entonces Museo Felipe Poey, de la Academia de Ciencias. El reencuentro allí con el científico Manuel Iturralde Vinent, un paradigma de las ciencias de la Tierra, influyó en el cambio que experimentaría mi vida profesional.
«Iturralde creó el Grupo de Geología y Paleontología dentro del denominado, luego, Museo Nacional de Historia Natural de Cuba, y eso forjó mi relación directa con los fósiles, las colecciones científicas, la divulgación científica y la docencia».
Permaneció allí por más de 25 años. Fue curador de Paleontología, investigador, vicedirector científico y finalmente director, y aunque hace más de un lustro trabaja como especialista principal en el Centro de Investigación del Petróleo (Ceinpet), mantiene vínculos con el Museo, al cual considera su segunda Alma Mater.
En ese tiempo, hizo la maestría en Geología, en la Universidad de Pinar del Río; luego el doctorado en Ciencias Geológicas, en el Instituto Superior Politécnico José Antonio Echeverría, hoy Universidad Tecnológica de La Habana, y finalmente obtuvo la categoría de Investigador Titular en 2015.
Califica de excepcional e inolvidable la experiencia en el Museo, al impartir, por más de una década, numerosos cursos de verano para niños, sobre fósiles en Cuba, así como su participación en la docencia de posgrados y en los estudios de Paleoclima, junto al profesor Jesús Pajón Morejón, toda una autoridad en el tema.
Merecedor de la Orden Carlos J. Finlay, máxima condecoración del Consejo de Estado en el sector de la Ciencia, el doctor Reinaldo Rojas es el autor principal del primer registro de fósiles con dimensiones visibles hallados en Cuba desde el siglo XVIII.
Se trata, explicó, de un compendio que recoge toda la información generada en el país sobre paleontología en el transcurso de más de 200 años; datos de sumo valor para saber el origen de la flora y la fauna cubanas, de los patrones de evolución de las especies, de la abundancia de cada grupo de organismos por periodos geológicos, y contribuir al conocimiento del patrimonio paleontológico.
La obra representa, además, una fuente de uso práctico para la docencia en diferentes niveles de enseñanza, y aporta a la formación de una cultura científica.
Entre los registros de la compilación figuran los relacionados con el origen de Cuba y la presencia en épocas pasadas de diversos moluscos, peces, aves y mamíferos, entre ellos monos, perezosos, ballenas y otros animales ya desaparecidos de nuestro entorno.
Otro de los temas investigados por el profesor Rojas Consuegra es el referido a la búsqueda de posibles evidencias, en el archipiélago cubano, del choque de un asteroide, ocurrido hace alrededor de 66 millones de años, en la actual Península de Yucatán, y el significado de aquel suceso para la evolución geológica del subsuelo cubano, lo cual tiene relación con la exploración de hidrocarburos.
Resaltó que, como parte de un proyecto emprendido de manera conjunta con especialistas de la Universidad de Tokio (aportaron avanzadas tecnologías de laboratorio) se logró recopilar una abundante muestra de elementos rocosos que, una vez analizada, nos condujo a plantear que Cuba contiene las más completas formaciones de rocas asociadas con la violenta colisión.
El hallazgo más notable consistió en la localización de numerosas rocas afloradas del límite cretácico-paleógeno (data de alrededor de 65 millones de años) en diferentes puntos de la geografía nacional, con espesores mayores a los observados en otros países de la región del Caribe, y más abundantes.
Vinculado al sector petrolero desde su incorporación al Ceinpet, hace poco más de un lustro, Rojas Consuegra participa en proyectos financiados por el Programa para la Actualización de la Geología en Cuba. Mediante su ejecución se busca rescatar y poner al día la información disponible sobre pozos profundos perforados tiempos atrás. Han sido evaluados ya al menos cuatro bloques de exploración y cerca de 40 sondeos.
En lo inmediato, recalcó, junto a otros especialistas del Ceinpet, trabajamos en la elaboración del Mapa Geológico a escala 1:50000, de detalle, de la hoja Varadero, el cual debemos terminar en 2023.