
La Plata en el camino definitivo de la libertad
GUAMÁ, Santiago de Cuba.–El combate de La Plata, primera victoria del naciente Ejército Rebelde, con su Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz al frente, al decir del General de Ejército Raúl Castro Ruz, «se veían arder sobre los cuarteles de la opresión las llamas de la libertad», fue recordado en su escenario natural de la Sierra Maestra, al cumplirse 65 años, este 17 de enero.
La fe de Fidel en el triunfo de la lucha que en aquel instante se iniciaba, fue resaltado en Twitter por el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel: «Yo sé que cuando un pueblo está unido como este y tiene fe y tiene hombres que no lo van a traicionar, es un pueblo invencible; y que a la Revolución nada ni nadie podrá vencerla».
Así, en presencia del miembro del Comité Central del Partido y primer secretario en la provincia, José Ramón Monteagudo Ruiz, y de la también integrante del Comité Central y gobernadora en el territorio, Beatriz Johnson Urrutia, el disparo de salva de un combatiente de las FAR, que resonó en el lomerío, rememoró la señal de fuego dada entonces con su fusil por Fidel.
El arte, con la poesía, el canto y la danza, llenó de colores y aires patrios el lugar transformado, de inhóspito paraje, en una postal de mar y montañas, de luces, escuelas con maestros, médicos y enfermeras, carretera y comunicación con el mundo; mientras, al recibir los carnés del Partido y de la UJC, los nuevos militantes juraban defender con la vida sus históricas montañas.
En las palabras centrales, la miembro del Buró del Comité Provincial del Partido, Yudelkis Ortiz Barceló, destacó cómo, entregados a las tareas de la producción y la defensa, los pobladores de La Plata agradecen a la Revolución la obra edificada en el municipio de Guamá. Monteagudo Ruiz y Johnson Urrutia recorrieron el Museo de La Plata y estructuras agrícolas dedicadas a la producción de alimentos, e intercambiaron con lugareños sobre las prioridades de la zona.
Jóvenes con la patria en el corazón eran aquellos valientes, entre ellos Raúl, quien narró en el diario de guerra: «Le prendí candela al cuartel, la única casa que quedaba sin arder, y después de colocar los heridos (enemigos) distantes del fuego, nos marchamos. (…) Desde lo lejos, se veían arder sobre los cuarteles de la opresión, las llamas de la libertad. Algún día no lejano sobre esas cenizas levantaremos escuelas».