Hace 48 años, este 25 de julio, La Periquera se constituyó como Museo Provincial de Holguín. Fotos: De la autora, Carlos Rafael, Wilker López y tomadas de archivo
¿Entrarías a una casa con fantasmas? ¿Y si la casa es la más hermosa de Holguín? ¿Y si es su Museo Provincial? Dicen que cuando las salas están en el más absoluto silencio, puede escucharse el lamento de los enamorados que consumaban su amor en los túneles de La Periquera, donde, además de la pasión, encontraron la muerte.
Ella, Ana Sánchez Roblejo de Peláez, una joven cuya belleza era reconocida y envidiada por toda la región, casada con el gobernador Agustín Peláez. Él, Serafín Irioste, un simple oficial de voluntario que, cada tarde, realizaba su recorrido por la otrora Plaza de Armas o Isabel II, hoy Parque Calixto García.
Los detalles de esta historia del siglo XIX puedes encontrarlos en el libro “Pasajes holguineros” de Ángela Peña y María Julia Guerra, leerlo aquí o, si prefieres el audiovisual, disfrutarlos en este video:
Sin embargo, más interesante y hasta escalofriante resulta escuchar el mito, cerca del lugar de los hechos, en la voz de Lilian Leyva, muséologa que, para el aniversario 48 de La Periquera, este 25 de julio, diseñó la Sala de las Leyendas, la cual inicia con una exposición de pinturas que relatan los sucesos.
Al fondo, una baranda protege al visitante de no caer, inesperadamente, en el foso de la neoclásica casona, parte del supuesto túnel y en donde comentan se pueden escuchar más nítidamente los lamentos de los amantes, haciendo más real y dramática la historia.
“La Periquera es un inmueble de valor patrimonial, declarado Monumento Nacional el 10 de octubre de 1978”, recuerda Rosabel Reyes, especialista del museo. “El edificio es custodio de innumerables y valiosos objetos, como el Hacha de Holguín, el sudario que cubrió a José Martí tras su primera exhumación, obras de los artistas de la plástica cubana de la vanguardia del siglo XX, hasta el Aldabón original del edificio, devenido símbolo de la ciudad y cuya réplica es el máximo reconocimiento que concede la Asamblea Municipal del Poder Popular de Holguín”, añadió.
Aldabón de la puerta principal de la Casa Rondán o La Periquera.
Su valor también radica en los bienes inmateriales, intangibles, como sus leyendas, que Lilian intenta rescatar con la nueva sala.
“Todavía se le escucha decir a los más viejos de Gibara: ´Eres más malo que el manco Rondán´”, narra la museóloga en la segunda parte del recorrido y recuerda el contexto de la frase, justo al lado de una caldera de hierro de un antiguo ingenuo, con una enorme e interesante grieta que da paso a la siguiente leyenda.
Francisco Rondán era el adinerado terrateniente español que adquirió el terreno para la construcción de un verdadero palacete, para almacén en los bajos y, arriba, vivienda. La obra inició en 1860 y demoró ocho años en construirse, según investigaciones de José Agustín García Castañeda, historiador e investigador holguinero.
Pero justo cuando estaban por culminarse los últimos detalles inició la Guerra de los Diez Años y el inmueble, que hasta entonces era conocido como Casa Rondán, tuvo que ser usado como cuartel de las fuerzas españolas.
Francisco Rondán.
Bajo las órdenes del general Julio Grave de Peralta, los mambises habían atacado la ciudad y era ese edificio el último que faltaba por tomar. No obstante, hasta allí se habían llevado todos los prisioneros, entre ellos la joven independentista Juana de la Torre, a quien utilizaron para intentar detener el ataque. Lo que ella respondió, puedes escucharlo en este audiograma:
Tras los sucesos, la Casa Rondán pasó a llamarse para siempre La Periquera, pues los mambises gritaban a sus oponentes: “Salgan de ahí, pericos”, en alusión al colorido uniforme de los militares peninsulares, inspirado en la bandera de España.
Toda esta historia del inmueble y la que vino después, como la primera función de cine en la ciudad, el 25 de noviembre de 1898; la primera vez que el primer presidente de la República Neocolonial, Tomás Estrada Palma, habló a los cubanos des