Exigen que en Harvard publiquen los nombres de los estudiantes que rechazan el régimen de Israel. En la imagen, alumnos de la universidad de Virginia. Foto: AP.
Wall Street libra ya su simultánea guerra financiera contra Rusia e Irán y contra los donativos filántropos a las antigenocidas universidades propalestinas de Estados Unidos.
Después de la “deterrence estratégica” de Irán, la guerra de Israel en sus “siete frentes” (ministro de Defensa Yoav Gallant dixit) entró a una fase superior de guerra financiera, al unísono de Wall Street/La City, en dos frentes visibles: uno, la captura de más de 300 000 millones de dólares de reservas de Rusia en la banca occidental, y dos, el chantaje de los donativos de la biodiversa fauna depredadora de los especulativos “fondos de coberturas de riesgo” (hedge funds), donde predominan los jázaros epígonos de Israel.
La tinta samaritana de protesta contra el genocidio israelí –¡ya suena a tautología!– se ha derramado hasta Chicago, donde se celebrará la convención del Partido Demócrata en agosto, cuando Biden será presa de su dilema hamletiano: apoyar sin reticencias al Estado genocida de Israel o seguir a su base progresista del SQUAD –donde la única congresista de origen palestino, Rashida Tlaib, e Ilhan Omar, de origen somalí, pesan enormidades en los respectivos “estados volátiles” (swing states) de Michigan y Minnesota, que pueden decidir la presidencia– en alianza con el ad