MIAMI, Estados Unidos. — Pocas figuras han tenido un mayor impacto en la historia de la humanidad que el químico e inventor sueco Alfred Nobel. Nacido el 21 de octubre de 1833 en Estocolmo, Nobel trascendió como el creador de la dinamita, una invención que revolucionó la industria de los explosivos en el siglo XIX.
Tras una juventud en la que su familia instaló una fábrica de armamento en San Petersburgo, Rusia, y después de perfeccionar la estabilidad de la nitroglicerina, Nobel logró desarrollar la dinamita en 1867. Este explosivo plástico, que absorbía la nitroglicerina en un material sólido poroso, mitigó los riesgos asociados con las explosiones accidentales y se convirtió en un elemento crucial para la construcción, la minería y la ingeniería.
A pesar de su éxito en la industria, Nobel experimentó un dilema ético debido al posible impacto destructivo de sus inven