Juan Manuel Muñoa. Foto: Roberto Chile/Cubaperiodistas
“No haces fotografía sólo con la cámara, la haces con todas las imágenes que has visto, con todos los libros que has leído, con toda la música que has escuchado, y con toda la gente a la que has amado”
Ansel Adams
Una cosa es el tiempo y otra es la vida. Cuando un hombre entregado a su oficio, sirve, lucha y persevera, su espíritu no envejece y el cuerpo -cargado de años- se muestra enhiesto y firme. Eso le pasa a Juan Manuel Muñoa, quien con 88 años sigue en pie, dibujando el tiempo con su mirada y su latir.
“Mi mayor aporte es haber estado en el momento y el lugar adecuado y haber podido perpetuar momentos que quedarán para la historia”.
Han sido tantas las experiencias, misiones dentro y fuera de Cuba, momentos y emociones vividas por este fotorreportero, que harían falta cientos de cuartillas para rememorarlas todas. Basten unas breves palabras suyas y un puñado de fotografías escogidas casi al azar, para asomarnos a su trayectoria en el periodismo cubano.
“Medio siglo, se dice fácil, pero ha sido un camino largo”.
El tiempo pasa. La vida no. Esa queda eternizada en una obra que más que una vida es muchas vidas, infinidad de instantes, historia vívida.
En 1965 comenzaste a trabajar como camarógrafo en el Noticiero Nacional de Televisión. ¿Cómo llegaste a esa plaza?
—Llegué a la televisión en el año 1961. Comencé como auxiliar de estudio, que viene siendo un “utility”. Me fui superando y poco tiempo después me evalué como boom man, que es el que conduce el micrófono en los estudios de cine o televisión. Más tarde pasé a trabajar en el departamento de kinescopio donde aprendí a operar las cámaras de cine. Hasta que me presenté a una convocatoria para trabajar como camarógrafo en el Noticiero Nacional de Televisión. Eso fue ya en 1965, cuando integré el grupo que atendía las alocuciones del Comandante Fidel Castro y otros dirigentes del Gobierno Revolucionario.
José Manuel Muñoa en sus inicios. Foto: cortesía del entrevistado
Siete años más tarde, en 1973, entraste en Prensa Latina como fotorreportero. ¿Por qué decidiste cambiar la cámara de televisión por la fotográfica?
—Porque en medio de todo aquel ajetreo descubrí la fotografía y me cautivó. Entonces comencé a trabajar como fotorreportero en Prensa Latina, agencia a la que he dedicado los m