No pocas expectativas ha generado la futura puesta en funcionamiento del cable submarino de fibra óptica Arimao, inversión que ejemplifica la voluntad política y gubernamental de Cuba con la informatización de la sociedad y transformación digital.
El cable, tendido entre el puerto Tricontinental, de Cienfuegos, y Martinica, llegó a su destino el pasado 9 de enero, un mes después de comenzado su despliegue desde Cuba.
Dicho proyecto constituye expresión de un acuerdo entre la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) y la compañía francesa Orange, y durante su ejecución las autoridades cubanas tuvieron en cuenta la protección del ecosistema marino y las afectaciones en las zonas de grandes concentraciones de plantas, además de los períodos de desove de las tortugas laúd, refie