El trigésimo presidente de Estados Unidos, Calvin Coolidge. Foto: Tomada de Encyclopædia Britannica.
Solo dos presidentes norteamericanos en el ejercicio de su cargo han estado en La Habana. El más reciente fue Barack Obama. El otro, en enero de 1928, hace ahora 95 años, fue Calvin Coolidge, a fin de hacerse presente en la inauguración de la Sexta Conferencia Panamericana, que tendría lugar aquí a partir del 26 de ese mes. Vino invitado por el general Gerardo Machado, presidente de la República de Cuba. Le apodaban Call, el Callado, y de él se llegó a decir que lucía la expresión de “alguien a quien destetaron con un pepinillo encurtido”.
Orestes Ferrara, que en sus días de embajador en Washington alternó con él en recepciones y banquetes, lo describe en sus memorias como alguien “serio, silencioso e inteligente”. Añade: “no le halagaba el aplauso, no le afligía la crítica, no le mortificaba el polemista de mala fe. Encerrado en sí mismo, sincero en sus meditaciones, esperaba servir al país como un funcionario que debe evitarle los males que se presenten y solo cuando se presenten”.
Su estancia habanera la matizó la anécdota. Se dice que Machado invitó a Coolidge y a su esposa a una granja avícola experimental. Cuando la primera dama se acercó a uno de los gallineros, observó asombrada como un gallo “pisaba” frenéticamente a una gallina.
─¿Con qué frecuencia hace eso? ─preguntó a uno de los especialistas.
─Decenas de veces al día ─respondió el aludido.
─Pues dígaselo al presidente cuando pase.
Así lo hizo el sujeto. Coolidge inquirió entonces si el gallo “pisaba” siempre a la misma gallina.
─No, es una diferente cada vez ─contestó el hombre y el mandatario no demoró su respuesta:
─Dígale eso a mi esposa.
La anécdota, desde luego, es apócrifa. Amity Shlaes, en su biografía de Coolidge, publicada en 2013, afirma que hizo lo imposible por hallar elementos que la sustentaran. “No encontré pruebas de que fuera cierta”.
En torno a la Enmienda Platt
A fin de hacer personalmente la invitación, Machado pasó tres o cuatro días en Washington. Hubo cenas y recepciones, y el último día de la estancia del cubano, ambos mandatarios abordaron el tema de la conferencia panamericana. A instancias de Machado, se tocó el tema azucarero y el de la crisis económic