El deporte, dijo el Barón Pierre de Coubertin –restaurador de los Juegos Olímpicos en la era moderna–, es una emulación pacífica de las fuerzas controladas. Pierde su naturaleza si da lugar a la discriminación y el trato selectivo sobre algún atleta o equipo.
Cualquier deportista podría participar, con igualdad de derechos y oportunidades –si vencen los exigentes sistemas clasificatorios–, en las lides cumbres de cualquier disciplina. Así sucede en el Clásico Mundial de Beisbol, máxima competencia de la pelota en el mundo.
Sin embargo, Estados