Por lo compacto en sus filas de los tres renglones de juego (bateo, picheo y defensa), Agricultores, mezcla de jugadores de las provincias de Granma y Las Tunas fue, de principio a fin, el dominador de la Primera Liga Élite Cubana de Béisbol, decidida en el séptimo juego, 7-6, ante el combativo Portuarios gracias al jit de oro del antesalista Osvaldo Abreu.
Este grupo tuvo en el banquillo al avezado mentor Carlos Martí, quien en una misma temporada beisbolera se alzó con dos coronas. Primero, venció en la XLI Serie Nacional al mando de sus Alazanes de Granma y ahora se acaba de empinar en la Liga Élite, para mantener su invicto con el sexto triunfo como mánager cada vez que ha discutido una gran final.
Pero hay más. El abolengo de Agricultores propició una hazaña inédita, pues nunca antes, en una final de siete partidos -hay que ganar cuatro-, un equipo había logrado imponerse viniendo de abajo 1-3.
Cuando Portuarios les abrió con dos victorias sucesivas como visitantes en el estadio bayamés Mártires de Barbados, los discípulos de Martí nunca se mostraron desatinados, sino todo lo contrario, sus categóricas declaraciones venían cargadas de