MIAMI, Estados Unidos. — Cuando estudiaba economía internacional en la década de 1960 una de las explicaciones ofrecidas para la riqueza de las naciones era su dotación de recursos naturales. Entonces, los países se percibían ricos o pobres en base a sus recursos naturales. Naciones que los tenían en abundancia eran consideradas ricas o potencialmente ricas; naciones pobres en recursos estaban destinadas a ser pobres.
Hoy entendemos que otros factores entran en juego. Por ejemplo, en su libro ¿Por qué las naciones fracasan? Daron Acemoglu y James A. Robinson argumentan que los problemas económicos de una nación son causados por la falta de derechos políticos inclusivos. Las naciones pobres son pobres porque son dirigidas por élites estrechas que organizan la sociedad para su propio beneficio. Y hay naciones ricas porque han triunfado creando instituciones políticas y económicas inclusivas que permiten que todos participen.
Igualmente, en su libro Adiós a las limosnas el economista Gregory Clark ofrece una explicación cultural de por qué algunos países disfrutan riqueza sin precedentes, mientras otros languidecen detrás. Después de todo, las innovaciones tecnológicas, organizacionales y políticas claves son bien conocidas, y todas las sociedades las pueden emplear. Entonces, ¿por qué no todo el mundo está completamente desarrollado? El Dr. Clark razona que algunas sociedades “no pueden adoptar instantáneamente las instituciones y tecnologías de las economías más avanzadas porque no se han adaptado todavía a las demandas del capitalismo productivo”.
Esas tesis ofrecen nuevas percepciones económicas, aunque todavía la dotación de recursos naturales de una nación sea vista por muchos como determinante en su riqueza. La evidencia muestra otra realidad. Veremos abajo una lista de ocho países1 que prácticamente no poseen recursos naturales, pero figuran entre los mayores ex