En los últimos días se observa un fenómeno muy interesante e inexplicable para muchas personas. Después de una acelerada subida del dólar estadounidense (USD) en el mercado informal cubano —lo cual arreció poco después de iniciada la venta oficial restringida de esa divisa a un precio cinco veces superior al oficial—, la misma llegaría a un tope de 200 pesos cubanos (CUP) por USD para comenzar un no menos precipitado proceso de descenso. que ha llegado hasta 165 CUP en el caso del USD en efectivo y del euro (EUR) y a 166,5 en el caso del dólar en depósitos bancarios (MLC).
Sin embargo, a pesar de que cuando el USD subía, también se incrementaban los precios de la mayor parte de los bienes de consumo, especialmente los alimentos; en las condiciones actuales de descenso de su valor, no solo no baja el precio de los bienes de consumo, sino que, en muchos casos, continúa subiendo.
El tipo de cambio no es otra cosa que la relación de intercambio existente entre dos monedas, o lo que es lo mismo, el precio de la moneda de un país expresado en unidades de la moneda de otro país. Esto permite establecer los precios relativos de los bienes y servicios producidos en un país y comparados con los de otros países.
De esta forma se conecta la economía nacional con la mundial, no solo a través de los mercados de divisas, sino también a través del comercio internacional, los mercados financieros y las inversiones extranjeras. Precisamente debido a ello resulta imprescindible que el tipo de cambio esté económicamente fundamentado, es decir, que refleje las condiciones a través de las cuales pueden expresarse los precios relativos de forma adecuada.
La relación entre los tipos de cambio y los precios domésticos se produce, normalmente, a través del comercio internacional. Por esa razón, cuando la moneda nacional se deprecia encarecen los precios de los bienes y servicios importados, así como las materias primas, insumos y maquinarias que resulta necesario importar para realizar producciones nacionales. En tal sentido, ese incremento en el valor de los insumos se traslada al costo de producción y finalmente al bien que se fabrique con ellos.
En una economía con capacidad de sustituir importaciones con producción nacional, la depreciación de la moneda doméstica puede ser un estímulo para que los productores nacionales puedan vender sus productos si logran que sean más baratos que los de la competencia extranjera, aunque también deberían lograr niveles de calidad que satisfagan la demanda.
No obstante, uno de los problemas más graves de la economía cubana es que no existe esa capacidad de sustitución de importaciones, especialmente en la mayor parte de las ramas industriales, donde —según el más reciente Anuario Estadístico, publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI)—, el volumen físico de la producción fue el 54,8% del nivel alcanzado en 1989.
La utilización de insumos importados se requiere asimismo para la agricultura, que demanda fertilizantes, tractores, semillas mejoradas, combustibles, sistemas de riego, por solo mencionar algunas necesidades.
La utilización de insumos importados se requiere asimismo para la agricul