Brigadas de linieros trabajan sin descanso para restablecer el servicio eléctrico, en las calles trabajadores de comunales retiran escombros y los campesinos rescatan las cosechas que puedan salvarse. En las localidades más afectadas por los vientos e inundaciones se calculan los daños y se comienza a entregar materiales de construcción a los que perdieron casi todo. El huracán Ian trajo a su paso mucha destrucción, pero el pueblo se une y paulatinamente se recuperan los servicios vitales, se reconstruye.
No falta la solidaridad de los vecinos, ni el apoyo que llega desde las provincias centrales y orientales hacia Occidente, región donde el ciclón hizo estragos. En Pinar del Río, territorio más afectado, ya están hace días brigadas de linieros, prestos a no irse hasta que la última vivienda no tenga corriente, y de trabajadores de Etecsa que restablecen las comunicaciones. También se ha apoyado a la capital, donde el tendido eléctrico sufrió graves daños.
Desde las imágenes, Cubahora comparte las labores de recuperación tras el evento meteorológico.
El abasto de agua fue seriamente afectado e