La reanudación del Festival Boleros de Oro será un hecho a partir de mañana, cuando la Sala Covarrubias del Teatro Nacional acoja, a las 5:00 p.m., el espectáculo de gala que dejará inaugurada una agenda destinada a exaltar y poner al día un género esencial en el perfil cultural de la nación.
Esta convocatoria, la trigésimoquinta, es retomada tras un hiato de cuatro años. Asumirá diversos retos que los organizadores, tal como afirmó José Loyola, fundador y presidente del Comité Organizador del Festival auspiciado por la Uneac, esperan vencer.
Una programación que satisfaga la apetencia de la nutrida legión de aficionados, a pesar de las limitaciones materiales y técnicas de los espacios disponibles debido al cierre y a los procesos inversionistas que se llevan a cabo en las plazas tradicionales, la concentración del talento nacional ante la ausencia de invitados internacionales, la continuidad generacional de públicos e intérpretes y la irrenunciable actualización de los presupuestos conceptuales que sostienen la vitalidad de un género del cual Gabriel García Márquez dijo: «Hablar de música sin hablar de boleros es como hablar de nada».
El mismo punto de partida, bajo la dirección escénica del veterano José Ramón Artigas, y musical de Miguel Patterson, apunta a las pautas trazadas: la vigencia de la memoria y la concertación de obras y voces que mantienen vivo y renovado un legado imprescindible.
Se cantará a César Portillo de la Luz en el centenario del autor de piezas antológicas como Contigo en la distancia, Tú mi delirio y Realidad y fantasía, por parte de Freddy Vera y Raquel Hernández. También se conmemorará el siglo de la llegada al mundo de José Tejedor, evocado por Leo Montesinos, Emilia Morales y Ernesto Roel.
Se recordará el papel de la radio cubana, también de centenario, en la irradiación popular del bolero. A ello contribuirán el incombustible Mundito González junto a Gretel Cazón, Saeed Mohamed y Vania Borges.
El festival se desplazará a la Casa de Cultura Julián del Casal de La Habana Vieja, el 24 y el 25 a las 7:00 p.m., y el domingo 26 a las 5:00 p.m., cuando se presentarán boleristas de diversas generaciones.
Ese mismo fin de semana, en la nave Oficio de Isla, en la Avenida del Puerto, el espectáculo Luz, concebido por Osvaldo Doimeadiós con la colaboración de la directora musical Daya Aceituno, revelará la sensibilidad y entrega con que el poeta Sigfredo Ariel decantó la excelencia del bolero como parte de la banda sonora de los cubanos. Los últimos compases del festival tendrán lugar en el Salón Rosado Benny Moré, con una matinée a cargo de la Charanga de Oro, fundada y dirigida por Loyola.
El jueves 23, en la sala Villena de la Uneac sesionará un coloquio, coordinado por Alicia Valdés Cantero, en el que musicólogos, promotores, investigadores y críticos repasarán la trayectoria del festival, la obra de los compositores e intérpretes homenajeados y la perspectiva de género en los procesos creativos y comunicativos del bolero.