Gómez fue la máxima expresión de internacionalismo en el siglo XIX, un paradigma al servicio de la nación, del pueblo; fue el maestro de los generales héroes de la Patria, y profeta de gran sabiduría y alcance en su pensamiento. Con esa descripción recordó Cuba al Generalísimo, en ocasión del aniversario 117 de su fallecimiento.
En acto político y ceremonia militar en la Necrópolis de Colón, de la capital, este viernes, el viceministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y Héroe de la República, general de cuerpo de ejército Joaquín Quintas Solá, significó la vigencia de ese dominicano de nacimiento, pero cubano de corazón.
«Hoy, cuando el imperialismo arrecia su política hostil contra Cuba y otros países de Latinoamérica, la figura de Máximo Gómez se alza como un referente en defensa de la independencia conquistada», subrayó.
Insistió en que los tiempos que corren nos exigen volver a Gómez, al político, al humanista, al educador, al intelectual, al hombre ético de vida ejemplar; y en que el estudio de su obra es un referente de obligatoria consulta para la defensa de nuestra soberanía y proyecto de nación.
El Viceministro de las FAR destacó también varias de las proezas del Generalísimo y, entre ellas, resaltó la primera carga al machete en la Guerra de los Diez Años, «en audaz e intrépida acción, con unos pocos, mal armados y menos experimentados hombres, en Venta del Pino o Pino de Baire, contra una columna compuesta por 700 hombres».
En el homenaje, Rogelio Polanco Fuentes, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido y jefe de su Departamento Ideológico; Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido en La Habana, y jefes de las FAR, junto a los invitados, depositaron flores en el obelisco donde reposan los restos del Generalísimo. En el propio mausoleo también se colocó, al iniciar la ceremonia, una ofrenda floral a nombre del pueblo de Cuba.