Santiago de Cuba, 16 Jun (ACN) Joel Queipo, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) constató este miércoles en la Refinería Hermanos Díaz de Santiago de Cuba la laboriosidad y capacidad innovadora de los trabajadores para superar las dificultades económicas y obtener utilidades para su beneficio.
Como parte de la visita de la dirección de la organización política y su aparato auxiliar a la provincia, Queipo y el funcionario Luis Ramírez, ambos de la esfera económico productiva, percibieron los esfuerzos de la entidad para alcanzar 336 420.5 millones de pesos de utilidades en lo que va del 2022 a pesar de las continuas fluctuaciones laborales de los últimos tiempos.
Esta debilidad de la empresa tiene sus orígenes en la falta de planes productivos desde 2016, debido a la carencia reiterada del crudo, según explicó la también miembro del Comité Central y directora general de la entidad, Irene Barbado.
Distribuida en ocho unidades empresariales de base, la plantilla de 720 trabajadores del centro presenta 92 plazas vacantes, tras el éxodo de varios de los mejores técnicos y especialistas, que ocupaban puestos claves en la planta, detalló la ingeniera química.
Mencionó que tarda alrededor de cinco años formar a un trabajador de refinería, pero trabajan de modo acelerado la preparación de los jóvenes para operar en la planta.
Al respecto, Queipo señaló en intercambio con el colectivo que las 43 medidas para fortalecer la empresa estatal permitirán realizar diversas acciones con el fin de aumentar la autonomía y estabilizar la fuerza laboral.
La distribución de utilidades, el pago por resultados a los trabajadores vinculados a la producción y el recontrato de especialistas jubilados constituyen algunas de las 15 que se aplican en la Hermanos Díaz, al decir de su directora general.
Según advirtió Ramírez, se trata de elevar la calidad de vida de los obreros, potenciar la atención al hombre y enfocar las labores en función de que todos se sientan mejor en la instalación.
Sobre este particular, sugirió redoblar la labor político e ideológica para que no se pierda el sentido de pertenencia, aun en medio de las carencias económicas.
De acuerdo con el miembro del Secretariado, la resistencia creativa y las innovaciones sobresalen entre las potencialidades de esta empresa que actualmente cuenta con una pequeña inyección de petróleo para procesar.
En recorrido por la planta en pleno funcionamiento, Barbado comentó a los visitantes que hasta mayo tenían planificadas 51 500 toneladas para refinar, aunque solo recibieron 35 547, con un rendimiento reducido a causa de la baja calidad del crudo.
La mayor producción en la actualidad es de fuel mediano y pesado, aunque también obtienen gas licuado, nafta, kerosina, diésel regular y un mínimo de especial, asfalto y gasolina, incluso a partir de mezclas para contribuir al mejoramiento de la situación del combustible en el territorio, precisó.
La directiva refirió que para atenuar las pérdidas de los años anteriores quienes operan esta industria buscan otras fuentes de ingreso, a tono con la política de la nación y las medidas aprobadas para dinamizar las empresas estatales, principal actor económico en el país.
Con este fin, acotó, brindan servicios de laboratorio de ensayos de combustible, a veces limitado por la disponibilidad de reactivos, pero con un aporte de 400 a 500 millones de pesos mensuales.
Vaporización a las pailas, mantenimiento a terceros en talleres eléctricos, mecánicos, fabricación de juntas y reparación de manera general, así como la venta de productos ociosos y de lento movimiento, resultan otras de las prestaciones de la refinería, puntualizó.
Manifestó también la existencia en la Hermanos Díaz de un muelle internacional, ahora con límites de operación nocturna por falla en las luminarias, donde se recepta el combustible destinado al Oriente de la nación, para ser distribuido y comercializado.
Con más de seis décadas de explotación, la Refinería Hermanos Díaz de Santiago de Cuba, empresa estatal socialista de marcada importancia en el país, creada en 1957, sufre la obsolescencia tecnológica de sus equipos.
No obstante, el colectivo laboral que permanece en sus predios busca las alternativas para producir y comercializar derivados del petróleo mediante el uso racional de los recursos, en aras de satisfacer las necesidades del mercado nacional y contribuir al desarrollo sostenible de la mayor de Las Antillas.
