CIUDAD DE MÉXICO.- Amelia Calzadilla es el nombre de una madre cubana que solo necesitó ocho minutos para convertirse en una heroína. En una directa de Facebook que publicó el 9 de junio en sus redes sociales, la madre arremetió sin miedo contra funcionarios, primero por los altos precios de la electricidad, y luego por la ineficiencia del gobierno para gestionar la economía.
La joven, graduada de Lengua Inglesa en la Universidad de la Habana, dijo que en cualquier momento se enferma de los nervios porque sus hijos no tienen comida, zapatos o medicinas, y tiene que esperar por la ayuda de su familia en el exterior para vivir dignamente
Calzadilla llamó al pueblo cubano a unírsele: “¿A ti pueblo cubano, cuánto más vas a aguantar?”
“Si tú estas como yo, que tampoco puedes más, vamos a unirnos”, exhortó la joven casi al final de su directa.
Veinticuatro horas después se ha desatado en redes una ola de solidaridad con Amelia. Madres y padres cubanos han compartido videos y textos en las redes sociales denunciado todas las carencias que sufren sus familias. CubaNet te ha preparado este resumen con algunos testimonios exclusivos de los cubanos y cubanas que han apoyado a Amelia públicamente.
Yesenia: “Amelia es la cara del pueblo cubano”
Yesenia fue la primera madre en filmar su video en apoyo a Amelia. “He visto el video de Amelia. Tengo dos hijos, me he pasado la noche entera llorando, porque el sentir de ella es el sentir mío, me siento identificada con ella”, dijo la cubana en un clip corto que se ha difundido en redes sociales.
En conversación con CubaNet, Yesenia confesó que publicó la denuncia sin la total aprobación de su familia pero que no podía seguir callada por temor. “No soy yo. Todos los cubanos tenemos miedo. Pero a mí me funciona a la inversa. En lugar de escapar de lo que me asusta, le voy para arriba”.
Yesenia calificó su día a día como “duro y frustrante”, y agregó: “Todos estamos en las mismas”. Sobre por qué se sumó a las denuncias de Amelia Calzadilla, respondió: “Amelia es la cara del pueblo cubano, la misma estampa de la mujer cubana: agotada, asfixiada, sin esperanzas y desgastada”.
Harold Jiménez: “ Estoy harto de reventarme el lomo todos los días por un simple plato de comida”
Al igual que Amelia, Harold vive en el Cerro, La Habana. Al igual que ella, Harold tampoco sabe qué inventar para alimentar a su niña de seis años. Estas son sus declaraciones a CubaNet.
“Me levanto pensando en qué le voy a dar a mi hija de comer, de merienda, cómo le compro una chuchería. Soy actor y llevo dos años sin trabajo por la COVID, porque no hay presupuesto. Me puse a hacer dulces, saqué mi patente y se perdió el azúcar. Nada es constante. No hay solución. Estoy harto de reventarme el lomo todos los días por un simple plato de comida”.
A Harold lo han citado sistemáticamente a la policía por sus publicaciones en redes sociales y sus opiniones políticas contra el régimen. Él fue a manifestarse el 11 de julio y dice que no puede parar de denunciar, aunque afecte a su familia, porque no está conforme con lo que sucede en Cuba.
“A mi esposa la han llamado millones de amistades para decirle que tenga cuidado, que me pueden llevar preso por el video que hice; pero sinceramente no me importa. Mi hijo mayor se acaba de ir para Canadá con su madre. Fue un triste alivio para mí. Lo extraño, pero al menos no va a perder la vida. Aquí aunque no te mueras pierdes la vida. No sé si lo volveré a ver, pero ya salió de aquí. Eso es lo más importante”
Gisset : “ Si el gobierno no le asegura condiciones a mis hijos, yo lo haré”
Con tres niños de ocho y cinco años y otra de nueve meses, no tiene un lugar seguro para vivir. Su cama se moja. En Regla, su techo no aguanta. El dictamen técnico especifica que la casa está en peligro de derrumbe. No tiene cómo tratar la alergia de sus hijos por el desabastecimiento de medicinas. Gisset, de 26 años, es madre soltera y cobra una pensión de 4 mil pesos. Es todo lo que tienen para treinta días. Cuatro personas sobreviven con una suma que equivale a un par de zapatos en Cuba.
En entrevista a CubaNet, Gisset contó que hoy mismo se unió a otra madre y ocuparon una casa construida por el gobierno para directivos de educación en su municipio. “Rompimos la puerta y nos metimos porque estamos hartas de que nos ignoren junto a nuestros hijos. Por ellos y para sacarlos de la miseria haremos lo que sea necesario. Si el gobierno no le asegura condiciones a mis hijos, yo lo haré”. En la última comunicación con Gisset la policía estaba desalojando a estas madres con dos bebés en brazos. No hemos tenido más noticias.
Ketty Méndez: “ No aguanto más esta vida”
“Cuba necesita un cambio y ese cambio va a empezar por las madres guerreras”, dijo en un video publicado el 10 de junio Ketty, madre de tres hijos, una de ellos con discapacidad.
Sobre la situación que vive y que la llevó a hacer esta denuncia conversó con nuestro medio. Este es su testimonio:
“Mi hija se despierta pidiendo de comer, pero no acepta cualquier cosa debido a su autismo. Casi todo lo que le doy, o sea, lo que puedo conseguir, ella lo rechaza. Sufre estados de anorexia y esto es muy devastador para su salud. Desde hace un tiempo no ha vuelto a recuperar su peso y vitalidad. Apenas consigo comida. El plato fuerte está perdido desde hace meses. Para completar donde vivo ni libreta de abastecimiento tengo. Ocupé este departamento, que se me cae encima, hace 16 años y sigo ilegal.
La luz la puedo pagar porque es poco lo que consumo. Más de la mitad de mi casa no tiene electricidad. Además, apenas tengo equipos eléctricos: solo dos ventiladores, una lavadora vieja, el resfrigerador y una batidora que está rota hace un mes.
La única cosa que me ha dado el “gobierno” (que es un derecho, no un favor) es una chequera de tres mil setecientos pesos. De eso, 2 mil pesos solamente se me van en tripas para los culeros. En aseo, gasto casi mil más.
Lo poco que queda es para comprar las medicinas de Jennifer que son caras y las mías de la diabetes. Además tengo que pagar cada dos o tres días 150 pesos para que me suban un poquito de agua.
A mi hija jamás le compro ropa, ni culeros desechables nuevos, que tanto necesita. Algunos amigos me han donado algunas ropitas pero siempre se queda en cero. Ella se hace pipi y caca todo el día. Cuando hay agua en el edificio las lavo de inmediato, pero la mayor parte del tiempo no hay agua. No aguanto más esta vida”.
Karelia Contreras: “ Me sumé a apoyar a Amelia porque soy madre y padezco sus problemas”
La activista política y madre de tres niñas contó a CubaNet por qué se había sumado a la ola de solidaridad con Amelia.
“Mi día a día es muy difícil. Tengo que estar pensando de dónde sacar leche, comida, aseo, dinero, culeros. Tengo que pensar cómo sobrevivir. A eso súmele los apagones. Hace cinco años vine para Villa Clara y unas personas se metieron en mi casa de La Habana y la policía nunca los sacó. No tengo casa legal ahora mismo. En fin, me sumé a apoyar a Amelia porque soy madre y padezco sus problemas”.
Yaneli Morales: “Es imposible vivir en un país donde no hay qué comer”
“Tengo 47 años. Soy madre de tres hijos que nacieron fuera de Cuba, afortunadamente. Amelia somos todos hace mucho tiempo. Pero ahora la situación está que se desborda y es imposible vivir en un país donde no hay qué comer”, declaró la madre a CubaNet
En su video, publicado en redes sociales, recordó los años que vivió en la isla y así los resumió: “En Cuba todos pasamos necesidades, hambre, carencias… El miedo no da de comer”.
Raisa Velázquez: “ Nuestros gobernantes son nuestros peores enemigos”
“Yo también estoy cansada del hambre y la miseria, de que mis hijos no tengan un plato de comida, de que tengan que ir a la escuela con los zapatos rotos y la mochila vieja. No aguanto más”, dijo Raisa Velázquez en su video.
“Soy madre soltera de dos niños y vivo en La Habana. Me identifico con Amelia Calzadilla por el simple hecho de que también estoy cansada de tanta miseria, de tanto descaro del gobierno, burlándose del pueblo. Estoy cansada de que suban los precios de todo y una no tenga cómo adquirir la comida .
“Tenemos derechos que nos son arrebatados, violados. Nos imponen códigos de familia y leyes sin consultar con el pueblo, porque les da la gana y punto. Quieren callarnos pero ya despertamos. La mayoría se quitó la venda de los ojos.
“Estoy cansada de ver a mis hijos sufrir por no tener qué merendar, me duele oírlos decir que sería mejor irse de este país sin futuro. Cuba necesita un cambio de sistema ya. Si los dirigentes no tienen la capacidad para sacarnos adelante pues que dimitan, que se vayan ya. Los cubanos merecemos una vida mejor. Nuestros gobernantes son nuestros peores enemigos. Son ellos los que nos tienen bloqueados. Nos han bloqueado desde la mente hasta la comida”.
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