Luego de una larga travesía de un mes y dos días desde Ecuador, los boxeadores cubanos Kevin Brown y Herich Ruiz, lograron entrar a EEUU por Texas, entregándose a las autoridades para procesar sus casos de asilo político.
«Cruzamos muchas fronteras, pero no tuvimos grandes problemas. Estábamos esperando papeles en Ecuador, pero no queríamos perder tiempo. El tiempo era nuestro enemigo. Nada ni nadie podía detenernos. Teníamos muchas ganas de llegar a este país y comenzar nuestras carreras lo antes posible», contó Brown en entrevista con el periodista especializado Jorge Ebro para El Nuevo Herald.
Su padre, Odelis Herrero Castillo, quien reside desde hace poco más de un año en la ciudad de Port Arthur, ha sido quien los ha respaldado y abierto las puertas.
Brown y Ruiz tienen previsto comenzar sus entrenamiento en los próximos días, ya que en tan poco tiempo varias empresas de promoción han expresado el interés de trabajar con ambos.
Según Ruiz, al ver el puente fronterizo sintió una enorme alegría, «porque estamos en el lugar donde se debe estar para que los sueños se cumplan».
«Nuestra meta es llegar a ser campeones del mundo. Uno toma esta decisión de dejarlo todo atrás y arriesgar los cruces de fronteras porque cree en el futuro», sentenció.
Brown, campeón mundial juvenil en Ereván, Armenia (2012), escapó al llegar a Ecuador, poco antes de que iniciara un torneo al que asistiría en representación de la Isla.
«Mi padre había llegado a Estados Unidos desde noviembre pasado cuando yo participaba en un campeonato mundial. Esto era algo que habíamos conversado. Volver a verlo, abrazarlo aquí me dio una alegría enorme. Un padre es algo muy grande, una luz en la vida», confesó.
En el caso de Ruiz, se alzó con una medalla de bronce en el mundial de boxeo en Serbia 2021, de donde huyó luego del pesaje para su pelea contra el norteamericano Arjan Iseni.
Ambos púgiles cubanos tienen puestas todas sus esperanzas en desarrollar su carrera en el boxeo profesional en Estados Unidos, a pocos días de haber llegado tienen todo el empuje necesario para conquistar el cuadrilátero.
