Guantes, cabeceras, cuerdas, pulóveres… Fueron los primeros regalos que hizo a los niños el italiano Samuel Fabri, radicado hace años en Cuba.
Fabri, fiel admirador del deporte cubano, tuvo la idea de montar un gimnasio de boxeo en pleno Centro Habana, un sitio donde se pudiera practicar la disciplina desde edades tempranas.
“Decidimos aprovechar un espacio que quedó en desuso después de que fue derrumbado un edificio en peligro. Por las noches pasaban cosas inapropiadas ahí y pensé en montar un ring para alejar a los niños de la calle.
“Los padres del barrio me ayudaron mucho, al igual que los dos profesores que elegí: Daniel Casanova y Jorge Donatién, quien además es director del gimnasio.
“Los primeros guantes los recuperé de un gimnasio famoso en Italia, donde practiqué boxeo cuando era un muchachito y todavía se acuerdan de mí”.
Según cuenta Fabri, en la instalación se han formado púgiles que han ganado siete campeonatos provinciales en los últimos 10 años.
“Se entrena todos los días después de las clases. Los niños llegan sobre las cuatro de la tarde desde diferentes partes de La Habana, pero en especial del barrio Colón, donde está el gimnasio. Siempre quisimos que fuera un establecimiento para la comunidad y las zonas más humildes de la capital.
“Gracias a nuestro esfuerzo, ya contamos con seis campeones nacionales y los dos entrenadores con los que trabajo han merecido premios como mejores técnicos.
“Deportistas y músicos han venido a conocer mis niños, como Yarisley Silva, Javier Sotomayor, Omara Durand, Julio César La Cruz con todo el equipo de los Domadores, Vannia Borges y Alexander Abreu”, concluye optimista.