HAVANA WEATHER

Contrapunteo civilismo-militarismo: ayer y hoy

Lectores de LJC se han interesado por la ponencia que expuse en el panel «Dinámicas de radicalización política y extremismo violento en Cuba», del Congreso virtual LASA 2022 (mayo 5–8). La misma fue incluso recomendada en el programa televisivo Con Filo. Presento aquí una sinopsis del texto, resultado parcial de la investigación en curso «Contrapunteo civilismo-militarismo en la historia de Cuba».

-I-

El concepto de militarismo se asocia a la influencia del ejército en el gobierno de un Estado y la tendencia a que esas relaciones militares se entrelacen en las relaciones sociales como un todo. Para su existencia, es determinante que primen una situación real, o la amenaza, de guerra.  

En el devenir de la nación cubana, junto al militarismo asociado a los grupos hegemónicos, se desarrolló también su contraparte: un movimiento civilista que casi siempre ha representado una alternativa a las formas tradicionales de dominación despótica, a partir de su defensa de las libertades individuales.

Sostengo entonces la hipótesis de que un rasgo de larga duración en la historia de la nación cubana es el conflicto civilistas vs militaristas. La influencia del militarismo ha sido el resultado de un conjunto de circunstancias: el primigenio proceso de conquista y colonización del territorio, la administración de la colonia mediante leyes de excepción, las ideas de este tipo al interior del mambisado, la elevada influencia del ejército en la república burguesa y el establecimiento de un modelo de socialismo estatista burocrático dirigido por un grupo de poder militar que ha hegemonizado la sociedad a través de la tríada Gobierno/Partido/Estado.

En la evolución histórica de ese contrapunteo pueden definirse cinco etapas. Antecedentes: civilismo y militarismo en la Siempre Fiel Isla de Cuba (1492-1867); Orígenes: las pugnas civilistas-militaristas en la República de Cuba en Armas (1868-1898); Maduración: militarismo vs civilismo en la República Burguesa (1902-1958); Auge: El bonapartismo socialista de la Generación Histórica (1959-2010) y Crisis: Pretorianismo oligopólico vs civilismo popular (2011-…).

1. Antecedentes (1492-1867)

El proceso de conquista/colonización se efectuó sobre la base del autoritarismo y el militarismo, al ser concebido como una sola empresa bajo el arbitrio de mandos castrenses (Adelantado/Gobernador/Capitán General), a los que la Corona entregó plenos poderes, tanto civiles como militares.

Pronto aparecerían contradicciones entre el gobernador y las autoridades civiles nucleadas en los cabildos de las nacientes villas; pero la pugna encontró su expresión  principal en la larga campaña por la salvación de los indígenas que desarrollara fray Bartolomé de Las Casas, precursor de lo que luego se denominarían derechos humanos.

Convertida La Habana en capital de la Isla (1553),  se benefició con la inyección de recursos monetarios externos para financiar la construcción de fortificaciones y su guarnición: los situados de México. El desvío de gran parte de ellos hacia fortunas particulares, entronizó una práctica cotidiana en futuros grupos de poder: lucrar a expensas de financiamientos destinados al desarrollo del país.

Si bien el gobernador acaparaba toda la autoridad civil y militar, fue aquel un período de gran independencia de las autoridades civiles municipales. Dueñas del privilegio de mercedar tierras y entregar parcelas a los campesinos; autosuficientes económicamente mediante impuestos propios; y amparados por las milicias locales; los cabildos desafiaban constantemente las disposiciones de las autoridades centrales y fomentaban abiertamente el comercio de Rescate.

Para explotar directamente la Isla, la Corona y la élite burocrático/militar/comercial crearon la Real Compañía de Comercio de La Habana (1740-1757), que monopolizaba la exportación de productos del agro y la importación de bienes manufacturados. Una década después su desempeño se tornaba inviable ante el auge del contrabando y la resistencia de los productores nativos. Desde entonces, la administración colonial dejó la actividad productiva en manos privadas y se concentró en percibir cuantiosos impuestos.

La Revolución de Haití (1791-1801) fomentará la esclavitud de plantaciones en Cuba, al tiempo que esparcía en toda la sociedad el síndrome del miedo al negro. El interés nacional sería el de mantener en la Isla un fuerte dispositivo castrense que permitiera someter a la creciente población esclavizada.

Desde entonces, los movimientos separatistas nacieron entre las capas medias de la sociedad civil. También sus representantes moderados (Saco; Luz; Del Monte) provenían de estamentos civiles. Todos fueron acosados y castigados por las autoridades militares. Los principales adalides independentistas: el presbítero Félix Varela y el poeta José María Heredia, murieron en el exilio.

La instauración del régimen de Facultades Omnímodas (1825) estableció la  tiranía militar de los Capitanes Generales. Los derechos políticos de los cubanos fueron desconocidos, su carga tributaria multiplicada y finiquitadas las esperanzas de transformaciones liberales. La polarización de las actitudes políticas no se hizo esperar.

Dispersos los revolucionarios y blindado el despotismo, los espíritus inconformes y rebeldes piafaban ansiosos. En 1861 aparecieron por toda la Isla los templos masónicos del Gran Oriente de Cuba y las Antillas (GOCA), de donde  salieron gran parte de los líderes, jefes y oficiales de la futura República en Armas.

2. Orígenes (1868-1898)

Desde los momentos iniciales de la revolución de 1868, las medidas de Céspedes llenaron de suspicacia a los patriotas de otras regiones. El temor a sustituir la dictadura hispana por la criolla rondó tempranamente los campamentos mambises.    

En 1869, la Asamblea de Guáimaro logró concertar la unidad mediante un equilibrio de poderes entre militaristas y civilistas. No obstante, las contradicciones cívico-militares del campo revolucionario fueron in crescendo y darían al traste con el esfuerzo de una década de guerra.

Durante la Tregua Fecunda no cesaron los intentos independentistas. En 1884, Gómez y Maceo lanzan el Plan de San Pedro Sula. Aún en los preparativos, chocan con Martí al intentar limitarlo a un mero colaborador civil de su proyecto castrense. Ante tal actitud postulaba Martí:

¿Ni a qué echar abajo la tiranía ajena, para poner en su lugar, con todos los prestigios del triunfo, la propia? […]. Ni cómo contribuir yo a una tentativa de alardes despóticos, siquiera sea con un glorioso fin; tras del cual nos quedarían males de que serían responsables los que los vieron, y los encubrieron, y, con su protesta y alejamiento al menos, no trataron de hacerlos imposibles.

Para él, la mayor amenaza al logro de la república dentro del campo revolucionario radicaba en el empoderamiento desmedido de los jefes militares desde la propia guerra, embrión de futuras dictaduras castrenses. El periódico Patria, la democracia interna del PRC y la que llevaría al futuro gobierno de la República se concibieron para impedirlo.

El episodio más significativo de la pugna entre el despotismo militar tradicional y el nuevo civilismo martiano fue su divergencia con Maceo respecto a la conducción de la guerra. Para el Titán, era preciso ganarla con métodos militares y la conducción del alto mando. Tras la victoria, se constituiría la república con su vida democrática plenamente garantizada.

En Maceo eran determinantes sus experiencias de la Guerra Grande, cuando las artimañas civilistas entorpecieran acciones del ejército. En Martí pesaba mucho más la experiencia de camarillas militares entronizadas en las repúblicas latinoamericanas, que tan bien conoció.

Muerto el Apóstol, se consumó un sutil pero eficaz golpe de estado a la democracia partidista: la eliminación del carácter electivo del Delegado, cargo que sería ocupado por Tomás Estrada, nombrado por el Consejo de Gobierno su Delegado Plenipotenciario en el Exterior.

Militarismo

3. Maduración (1902-1958)

La Primera República (1902-1933) estuvo sometida al monopolio político del mambisado: hegemonía política de los caudillos provenientes de la Guerra de Independencia y sus clientelas cívico-militares, en los partidos Liberal y Conservador. Machadato, Revolución del Treinta y aplastamiento del Gobierno de los Cien Días, consolidaron el axioma de que «Se puede hacer una revolución con el Ejército, o sin el Ejército, pero no contra el Ejército».

Fulgencio Batista, nuevo amo del Ejército desde 1933, estableció un modelo bonapartista  permeado de pretorianismo (1), primero como hombre fuerte y luego como presidente (1940-1944). Los doce años de la Segunda República (1940-1952), aunque marcados por la violencia política terrorista-gansteril, preservaron el funcionamiento del sistema democrático-representativo de la Constitución del 40 y trajeron consigo un desarrollo de la sociedad civil.

Durante toda la República, los gobiernos con predominio militar (Gómez, Menocal, Machado, Laredo, Batista), mostraron rasgos comunes: alianzas con las burocracias estatal y partidistas; solución de conflictos mediante la fuerza; grandes constructores a cargo del presupuesto; fomento de vicios, juegos y producción de drogas para exportar; incremento de la deuda externa; nexos especiales con empresas extranjeras; empleo de mano de obra semiesclava de soldados y presos; y predilección por el turismo de playa y juegos.

Frente a ello, la sociedad civil disponía de cuatro instrumentos de lucha refrendados en las constituciones de 1901 y 1940: elecciones multipartidistas; libertad de expresión e imprenta (prensa libre); manifestaciones públicas y derecho a la huelga.

La práctica permanente de esos derechos dotó al país de una rica y activa sociedad civil y una cultura política que tenía al ideal de la república martiana como horizonte. De ahí que los dos gobiernos tiránicos (Machado y Batista) terminaran derrocados por revoluciones populares.

4. Auge del bonapartismo socialista (1959-2016)

La comprensión científica de la versión antillana del Socialismo Real suele hacer abstracción del militarismo bonapartista que la ha recorrido. Su esencia radica en una concepción militarista radical de la sociedad a partir de concebir la Revolución en el Poder como una república dictatorial, dirigida por un grupo de poder militar (GPM): la Generación Histórica, presentada como única forma de liderazgo capaz de dirigir exitosamente el conflicto con los EE.UU.

En función de esta concepción, los elementos del modelo de socialismo de Estado y otras influencias externas fueron reconfigurados en función de los intereses del GPM. La fusión de la tradición militarista criolla con el culto a la personalidad de matriz estalinista, propició la acumulación de poderes en el GPM y su líder carismático.

La instauración de la dictadura militar se inició el mismo 1ro. de enero de 1959, cuando el recién proclamado presidente Manuel Urrutia delegó en Fidel sus atribuciones como Comandante en Jefe (CJ) de las FFAA, reconociéndolo como un imperatore militari, garante de la unidad de la Revolución. Hacia 1961 se había consumado la implantación de un Gobierno Revolucionario Provisional (GRP), dirigido por un todopoderoso Consejo de Ministros, dotado de facultades omnímodas legislativo/ejecutivas por los Fundamentos Constitucionales de 1959.

El GRP devino sujeto principal de la Revolución y portador único de su mensaje. El pueblo debería seguirlo (incorporarse) con lealtad y agradecimiento. El concepto Revolución en el Poder actuó como apócope metamorfoseado de GPM en el Poder.

La unificación de las fuerzas revolucionarias significó no solo el sometimiento del Directorio Revolucionario 13 de Marzo y del Partido Socialista popular al liderazgo del Movimiento 26 de Julio y su Ejército Rebelde, sino una metamorfosis ideológica comunista-bolchevique impregnada de una mística militarista. La tesis de que «El Partido no hizo la Revolución, sino esta al Partido», significa en realidad que el GPM reconstruyó el PCC a su imagen y semejanza.

En el plano simbólico se asimilaron como fetiches revolucionarios el uniforme verde olivo, el ascetismo guerrillero, el traspaso de modos de actuación castrense al mundo civil, y la generalización de un discurso de guerra radical que establecía la dicotomía Revolución-Contrarrevolución como «Patria o Muerte».

Militarismo

Desfile por el Día Internacional de los Trabajadores en la Plaza de la Revolución José Martí, La Habana, 1ro de mayo de 1962. (Foto: Osvaldo Salas / Fidel Soldado de las Ideas)

El estado permanente de amenaza de guerra con los Estados Unidos fue idóneo para la coyunda al pensamiento libre. La identificación entre caudillismo militarista/liderazgo carismático/autoritarismo/voluntarismo, prosperó en un contexto de pensamiento único, censura total y extensión del miedo entre opositores, disidentes y críticos, tratados todos como enemigos del pueblo y su Revolución, disidentes, confundidos, traidores y mercenarios del Imperio.

Con el pretexto de modelar al hombre nuevo se desplegó un adoctrinamiento político-ideológico sin precedentes, que movilizó al sistema nacional de educación, medios masivos y organizaciones de masas en la asimilación del mensaje del GPM plasmado en la palabra del CJ y de un pequeño grupo de dirigentes.

En el plano cultural, esta uniformidad condujo a dos fenómenos nefastos: el establecimiento de un sistema de control informativo propio de tiempo de guerra (apologético, sobrevaluador de las debilidades del enemigo y ocultador de las propias) y el enaltecer la lealtad sumisa (confiabilidad) sobre las expresiones de talento creador, crítico y exigente (enjuiciados como autosuficiencia o egoísmo burgués).

La marcha del pueblo era concebida y dirigida como un gran ejército en campaña, con una estructura piramidal y relaciones de ordeno y mando: Líder (CJ), Dirigentes (EEMM), Cuadros (oficiales) y Ciudadanos (soldados). De estos últimos se esperaba que fueran incondicionales y obedientes hasta la inmolación.

La agudización del conflicto con EE.UU., a partir de su agresividad permanente,   se volvió contenido principal del discurso en un país que vivía en perenne movilización militar. Al unísono, la lucha armada se postulaba como método idóneo para librar a los pueblos subdesarrollados del imperialismo, lo que tomó forma en la exportación de la revolución a partir de la teoría del foco guerrillero.

El frenesí militarista se extendía a la economía. Los sistemas de financiamiento presupuestario (Che) y de registro económico (Fidel), hallaron sus fundamentos, no en un idealismo comunista, sino en la economía militar de ordeno y mando, trabajo forzado y desprecio a las relaciones monetario-mercantiles.

No menos importante fue la militarización de la sociedad civil bajo pretexto de introducir formas revolucionarias de participación social. Grandes grupos poblacionales fueron organizados en estructuras castrenses (movilizaciones, frentes, campañas, batallas, brigadas, contingentes, misiones, tareas), dirigidas a cumplir sin objeciones las iniciativas de los jefes.

Los principales atributos del modelo militarista adoptado fueron:

  • FFAA y MININT como cuarto poder, por encima del Gobierno/Partido/Estado.
  • Prioridad de la «preparación para la defensa», por encima de las necesidades de la sociedad civil y la economía nacional.
  • Actitud militarista hacia los sectores civiles, en particular los jóvenes, concebidos como masa disponible para cumplir tareas asignadas por la máxima dirección.
  • Existencia de fondos de reserva centralizados y secretos a disposición del jefe, que escapan a la fiscalización estatal.
  • Consolidación de una mitología y ritualidad que hace hincapié en la heroicidad guerrera como arquetipo de actitud revolucionaria y patriótica.  
  • Militarización del arte, entendido como «arma de la Revolución».
  • Subordinación de las ciencias, en particular las socio-humanísticas, a los puntos de vista del GPM.
  • Preservación del secreto, compartimentación y tergiversación de los flujos de información, desde y hacia la Isla.

A partir del Proceso de Institucionalización (1974-1985) se extendieron nuevas formas de civismo socialista (congresos del PCC, Poder Popular, Cálculo Económico, Constitución de 1976) propias de los Estados totalitarios de matriz soviética. Aunque limitadas y parciales, representaron un repliegue de las posturas militaristas hacia la preparación masiva para la defensa y las misiones internacionalistas (1975-1991).

En la práctica, la hegemonía del GPM salió incólume de la institucionalización, solo que metamorfoseada en altos poderes civiles. Su  continuidad en las nuevas estructuras del Partido/Estado fue tal que el antiguo núcleo dirigente del GRP lo fue también del Buró Político y del Consejo de Estado. Mientras, la ANPP —máxima institución republicana— quedó solo para aprobar lo que le presentara el Ejecutivo,  sin exigir cuenta de sus tareas y funciones.

Sin embargo, el Proceso de Rectificación de errores y tendencias negativas (1985-1990) representó un nuevo reforzamiento de los componentes militaristas, con la reestructuración de las FFAA y la creación de la Unión de Industria Militar. El Período Especial (1990) obligó a abrir una nueva etapa descentralizadora para estimular el desarrollo de las fuerzas productivas; pero el gobierno de Chávez en Venezuela (1999), creó una interrelación y alianza entre los grupos de poder militar de ambos países que provocó una nueva oleada centralizadora.

Militarismo

(Foto: Sitio Fidel Soldado de las ideas)

Por su significado para el conflicto militarismo-civilismo, 1995 marcó un hito, al ser promovida a importantes cargos, una generación de jóvenes dirigentes nucleados por Fidel en su Grupo de Apoyo. Los encabezaba Carlos Lage, quien actuaría como primer ministro de facto por catorce años. Al unísono, se organizaba el Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA), dirigido por el brigadier Luis Alberto Rodríguez López-Callejas, yerno de Raúl Castro, que controlaría grandes empresas en diferentes sectores.

En 2006, las contradicciones entre ambos grupos de poder se resolvieron abruptamente con la separación de sus cargos de los dirigentes civiles —acusados de «actitud indigna hacia Fidel» y «ambiciones de poder»— y el ascenso de militares a puestos claves. A partir de entonces, GAESA inició un acelerado proceso de expansión mediante la asimilación, por decreto, de sus competidores (Cubalse, ETECSA, Habaguanex…) y el acaparamiento de los principales sectores ligados a la obtención de divisas (remesas/turismo/comercio exterior e interior).

5. Crisis: Pretorianismo oligopólico vs civilismo popular (2011-actualidad)

La ausencia del liderazgo carismático de Fidel debido a su enfermedad y fallecimiento (2006-2017), la crisis de credibilidad de las instituciones civiles estatales, la renuencia a promover una verdadera economía mixta y perder los monopolios estatales, el fracaso de la reanudación de relaciones con los EE.UU. (que pareció despegar entre 2014-2017) y el colapso de producciones tradicionales por la prioridad otorgada a los negocios de GAESA, han determinado el camino errático del proceso de Actualización del modelo económico y social (2011).  

Tales factores, unidos al arreciamiento del bloqueo durante la era Trump, contribuyen a acentuar la crisis estructural del modelo de gobernanza estatizado/burocrático/militarista y a la disgregación de unidad en torno al liderazgo del Gobierno/Partido/Estado. El fracaso de las limitadas reformas, extensión del sector no estatal, aparición de un ecosistema digital crítico y formas de resistencia cívica en sectores artísticos y juveniles; provocan un incremento de la participación activa de nuevos actores de la sociedad civil, que sale de su modorra de décadas y da muestras diversas de sus ansias de cambio.

Como respuesta, el viejo modelo de bonapartismo socialista ha entrado en un período de tránsito hacia un pretorianismo socialista cada vez más represivo, al servicio del sector del GPM que hoy hegemoniza el país, nucleado en torno al holding GAESA, en detrimento de los intereses genuinos del pueblo y la nación cubana.

Como antes en la historia, solo el crecimiento de la actividad política de la sociedad civil independiente y la formación cívica del pueblo, abrirán camino a la superación de los excesos militaristas y al consiguiente empoderamiento ciudadano que exige el futuro nacional. 

***

(1) Bonapartismo: gobiernos autoritarios, casi siempre de origen militar, que aplican políticas populistas y muchas veces son respaldados por la mayoría en las urnas. Pretorianismo: modelo social donde las fuerzas armadas son utilizadas en funciones de represión interna, sin relación alguna con acciones de guerra en defensa del territorio nacional.

Comparte:
Publicaciones

Artículos Relacionados

 

Contáctenos

 

Si desea contactar NoticiasCubanas.com, el portal de todas

las noticias cubanas, por favor contáctanos.

¡Estaremos felices de escucharlo!

 

Con gusto le informáremos acerca de nuestra oferta de publicidad

o algún otro requerimiento.

 

contacto@noticiascubanas.com

 

 

Términos de uso

NoticiasCubanas.com es gratis para todas las personas, nosotros no cobramos ningún cargo por el uso del sitio de ninguna manera. Leer los artículos es completamente gratis, no existe ningún costo oculto en nuestro sitio.


Proveemos una colección de noticias cubanas, noticias internacionales sobre Cuba para cualquier persona interesada. Nuestros usuarios utilizan NoticiasCubanas.com bajo el acto de libre elección y bajo su propia Responsabilidad.

Nosotros no recolectamos ningún tipo de información de nuestros usuarios, no solicitamos ninguna dirección electrónica, número telefónico, o ningún otro tipo de dato personal.

 

Medimos el monto de tráfico que noticiasCubanas.com recibe, pero no esperamos compartir esta información con alguien, excepto nuestros socios de publicidad. Nos regimos bajo las normas Cubanas en cada cuestión legal, cualquier aspecto no clarificado aquí debe ser considerado sujeto bajo el sistema Legal de Cuba.

 


Oferta


Si deseas saber como tu sitio de noticias puede formar parte de nuestro sitio NoticiasCubanas.com, o si deseas publicidad con nosotros.

 

Por favor, póngase en contacto para mas detalles.

Estaremos felices de responder a todas tus dudas y preguntas sobre NoticiasCubanas.com. ¡La casa de todas las noticias cubanas!

contacto@noticiascubanas.com


Sobre nosotros

NoticiasCubanas.com es la casa de todas las noticias cubanas, somos un sitio conglomerado de noticias en Cuba. Nuestro objetivo es darle importantes, interesante, actuales noticias sobre Cuba, organizadas en categorías.

Nosotros no escribimos noticias, solo recolectamos noticias de varios sitios cubanos. Nosotros no somos parte, solo proveemos noticias de todas las fuentes de Cuba, y de otras partes del mundo.

Nosotros tenemos un objetivo simple, deseamos brindarle al usuario el mayor monto de noticias con calidad sobre Cuba, y la visión que tiene el mundo sobre Cuba. Nosotros no evaluamos las noticias que aparecen en nuestro sitio, tampoco no es nuestra tarea juzgar las noticias, o los sitios de las noticias.

Deseamos servir a los usuarios de internet en Cuba con un servicio de calidad. Este servicio es gratuito para todos los cubanos y todos aquellos que estén interesados en las noticias cubanas y noticias internacionales sobre Cuba.