La cuarentena obligatoria por la covid-19 y la paralización de muchos servicios médicos ha incidido negativamente en la aparición de patologías de gran impacto en la salud de los pacientes a nivel mundial. En Cuba, la oftalmología ha sido de las áreas con afectaciones considerables, relacionadas de manera alarmante con la sobrexposición a las pantallas electrónicas.
Síntomas de fatiga visual, que conducen a la pérdida de la capacidad de enfoque, y el crecimiento de casos con ambliopía (disminución de la visión por falta de sensibilidad en la retina, que no tiene causas orgánicas), sobre todo en edades pediátricas, son algunos efectos del uso excesivo de móviles, computadoras, la televisión, entre otros, que dañan el sistema de visión binocular y atentan contra el aprendizaje o desarrollo escolar normal de las nuevas generaciones.
La máster en Ciencias Teresita de Jesús Méndez Sánchez, especialista de segundo grado en Oftalmología, del Instituto Cubano de Oftalmología Ramón Pando Ferrer, experta en la materia, asegura que lo más recomendable es que los menores de dos años no deberían usar pantalla; aquellos que tienen hasta cinco, solo una hora al día, y los mayores de cinco, dos horas como máximo.
El hecho es que el uso prolongado de los equipos con pantalla incrementa el peligro de daño visual en más del 50 % en adultos, y hasta el 20 % en niños (en estos últimos más de dos horas al día duplica el riesgo de padecer miopía), así trascendió en el reciente Congreso Nacional Itinerante de Oftalmología, que comenzó por Pinar del Río el pasado 5 de marzo de 2022 para actualizar a la comunidad de médicos sobre las prácticas más modernas en dicha especialidad, así como socializar investigaciones en el campo.