Al comprobar tanta hidalguía, sacrificio, espíritu de pertenencia y de cuerpo que se exhibió con derroche durante esta inolvidable y luctuosa semana del accidente en el hotel Saratoga por el Cuerpo de Bomberos del Minint de Cuba y, en particular, los enmarcados en el Destacamento de Búsqueda y Rescate, no dejé de pensar en quien los concibió, formó, educó y les transmitió su personal ejemplo. Ahí él también estaba.
Pero cuando conocí que en el lugar siniestrado se personó el rescatista voluntario Teherán Aguilar, con nombre de indómita ciudad, actor principal del serial Historias de fuego, que entre 2006 y 2007 se produjo para el horario estelar de la novela en Cuba y logró desplazar el rating de las brasileñas, entonces sí que no tuve dudas, en aquel sitio se encontraba de espíritu presente el mejor apagafuegos de Cuba, como lo titulé en una crónica anecdótica recién fallecido el 30 de agosto de 2016.
Su dedicación personal lo condujo a interiorizar tanto con los actores y adiestrarlos por sí mismo o supervisando día a día su instrucción en el oficio, que logró de ellos verdaderos rescatistas.
Por ello, no me había equivocado. Allí concurrió impertérrito y extendiendo su eficaz ejemplo altruista el mejor apagafuegos de cuba, el hombre que por más de 20 años, desde su cualificación casi única en nuestro país como ingeniero en Seguridad Contra Incendios, adquirida en las academias soviéticas, prestigió y defendió ese importante órgano del Minint a veces hasta algo ninguneado.
Sus inagotables discípulos, desde el coronel Luis Carlos Guzmán, actual jefe, hasta el más humilde joven soldado combatiente, supieron mostrar al mundo la fuerza y solidaridad humanista de este país no solo contra las pretensiones de asfixiarnos, sino también ante la adversidad.
Valorando esos heroicos hechos acontecidos, afirmo que el coronel Bienvenido Raffoso Bartolomé, el mejor apagafuegos de Cuba, el Benny Raffoso, estuvo en el Saratoga.