El costo social que acarrea para Cuba la emigración masiva fue abordado por monseñor Emilio Aranguren Echeverría, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC), en entrevista con Vatican News.
El obispo de Holguín habló de la situación actual en la isla, donde prevalece “un fuerte movimiento migratorio”.
El religioso apuntó que se trata “principalmente de las generaciones más jóvenes” y alertó que esta emigración desarticula las familias.
“A veces, no es la emigración de todo el grupo familiar, sino de algunos, una forma de ruptura que a la vez se refleja en la Iglesia y en la estabilidad de la vida comunitaria, porque también emigran hermanos y hermanas miembros de nuestras comunidades”, lamentó el monseñor.
Sobre el nuevo Código de Familia que se discute hoy en la Quinta Sesión Extraordinaria de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el religioso comentó que en este momento, se está esperando que ya salga publicado el documento que va a ir al referéndum.
“Los obispos nos expresamos meses atrás, con la preocupación que eso entraña. En el documento en ningún momento aparecía la palabra ideología de género, pero implícitamente se puede descubrir su contenido y es algo que en este momento estamos pensando porque, a fines de año, es cuando ya se lleva a la votación por parte de la Asamblea Nacional. Es motivo de preocupación y de oración”, confesó.
Aranguren mencionó dificultades económicas en la isla provocadas por la pandemia y por “los cambios internos que se dieron el año pasado con el llamado “ordenamiento económico, el cual implicó una serie de cambios en los salarios, la producción en el agro y otras industrias” y las medidas desde el exterior con Cuba, que ” muchas veces son limitantes”.
“Hay un alza en la inflación, por lo tanto, el alcance a los productos básicos escasea, así como también el costo de los servicios públicos que han aumentado mucho y, por lo tanto, entre el costo de la vida y el salario, hay una gran diferencia. Y esto en algunas familias genera una situación de desazón, de agobio, de angustia. Han llamado oficialmente este momento difícil y complejo, es como se expresa en los medios de comunicación, y es así realmente”, aseguró.
Como líder de la Iglesia Católica mostró preocupación por la “gran escasez de sacerdotes en Cuba”.
“El sacerdote también está, muchas veces cansado, porque está al frente de varias parroquias y comunidades y, por lo tanto, siente también el cansancio o la limitación de recursos, del transporte, para poder ayudar a los más necesitados. En muchas ocasiones, puede no contar con los recursos necesarios y eso trae dificultades. En el campo de las vocaciones en este momento no tenemos suficientes. Tenemos unos 35 jóvenes en el seminario diocesano y un número más reducido de aspirantes a la vocación religiosa”, reconoció.