Al conocer su sentencia el cubano entró en huelga de hambre para reclamar que se anule o reduzca la misma, reportó entonces Radio Televisión Martí.
“La policía nos llamó, a la familia, para que fuéramos a verlo y lo convenciéramos de dejarla. Fueron dos hermanas de él a hablarle, pero no lograron nada. Él no quiere quitarse de eso porque dice que no acepta esos 20 años”, declaró a ese medio su sobrina Dayana Borges Pérez.
De acuerdo a las Conclusiones Provisionales del órgano acusador, Borges Wilson y el resto del grupo se enfrentaron con piedras y palos a la policía que había conformado un cordón de seguridad para impedir el avance de los manifestantes.
Varios presos políticos han sufrido graves consecuencias para su salud en la estancia en las cárceles cubanas. Otro caso es el del artivista Luis Manuel Otero Alcántara, también detenido desde el 11 de julio pasado, quien perdió la visión de un ojo, según reportes de Amnistía Internacional.
“La salud de Luis Manuel Otero Alcántara, preso de conciencia en Cuba, se ha deteriorado significativamente. Nos comunican que ha perdido la vista de un ojo y que no ha recibido atención médica”, explicó la directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara-Rosas, en abril anterior.